Ya está aquí IKUWA V

Entre el 15 y el 19 de este mes de octubre de 2014 se celebrará el V Congreso Internacional de Arqueología Subacuática en ARQVA (Cartagena).

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IKUWA es una red global que organiza congresos internacionales de arqueología subacuática al amparo de la Convención de 2001 de la UNESCO sobre la protección del Patrimonio Cultural Subacuático.

Hasta el momento se han realizado cuatro de estos congresos:

  • IKUWA 1 (1999) «Protección del Patrimonio Cultural bajo las aguas», celebrado en Sassnitz, Alemania.
  • IKUWA 2 (2004), «Una nueva interpretación de la historia», celebrado en Zurich, Suiza.
  • IKUWA 3 (2008), «Más allá de los límites», celebrado en Londres, Reino Unido.
  • IKUWA 4 (2011) «Gestionando el Patrimonio Cultural sumergido», celebrado en Zadar, Croacia.

El IKUWA 6 (2016) se llevará a efecto en Fremantle, Australia, bajo el tema «Patrimonio compartido en Arqueología Marítima».

CARTAGENA SEPTIEMBRE 2013_271La edición que nos ocupa se desarrollará de manera simultánea en tres salas de ARQVA, focalizadas en tres temas distintos:

Tema 1.- El Mediterráneo
Tema 2.- Las relaciones Europa – América
Tema 3.-Aguas contientales

Cada una de estas salas se estructurará en cuatro áreas de trabajo:

1.  El conocimiento científico y técnico.

2. La actividad náutica e intercambios culturales.

3. Protección, conservación y restauración del patrimonio cultural subacuático.

4. Acceso del público a este patrimonio.

Según el programa, durante los días en que se desarrollará el congreso pasará por Cartagena lo más granado de la investigación mundial en PCS. No obstante, llaman la atención algunas notorias ausencias de nuestros más señeros arqueólogos subacuáticos. Como decía aquel, Ezpaña ez acín.

Lamentablemente, la asistencia como oyente -gratuita y admitida por riguroso orden de inscripción-, está completa, por lo que habrá que esperar a la edición de las actas. Ni que decir tiene que el programa de comunicaciones y de pósters tiene muy buena pinta.

@ArqueoAntonio

 

Curso de introducción a la conservación- restauración de material empapado en agua en el Centro de Arqueología Subacuática de Catalunya

El director del Centro de Arqueología Subacuática de Catalunya, Gustau Vivar, nos ha enviado información sobre este evento que el CASC, como curso de extensión universitaria de la UNED de Girona, va a realizar durante el fin de semana del 22 y 23 de marzo de este año 2014.

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En el curso se tratarán las distintas técnicas de conservación y restaturación de diferentes tipos de materiales empapados -liofilización, PEG a saturación…- procedentes de una excavación subacuática.

El claustro de profesores se compone por el mismo Gustau Vivar y las conservadoras – restauradoras Cati Aguer (MAC-CASC), Sophie Fierro-Mircovich (ARC nucléART) e Inocencia Queixalós (ARC nucléART).

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Aparte de las sesiones teóricas se impartirá una sesión práctica en los laboratorios de CASC.

El curso tiene un coste de 110 € y reconoce 0,5 créditos ECTS y uno de libre configuración de la UNED.

Podéis inscribiros online a través de:

http://extension.uned.es/actividad/idactividad/6123

Este curso constituye una gran oportunidad para introducirse en el conocimiento de la conservación y tratamiento adecuados de los materiales procedentes de una excavación, tan necesario para la investigación arqueológica subacuática.

@ArqueoAntonio

Operación Luna: la arqueología subacuática del futuro comienza en el buque insignia de Luis XIV

El pecio de la fragata Lune fue descubierto en 1993 en aguas de Toulon (Francia), por Paul-Henri Nargeolet, una de las máximas autoridades mundiales en rescate de pecios a gran profundidad y lider de la exploración del Titanic.

Tras el hallazgo, el naufragio se documentó fotográficamente y se hizo una primera planimetría, que permitió identificar el barco como el buque insignia de la flota de Luis XIV: la fragata Lune.

PLANIMETRÍA

Este buque naufragó en 1664, al volver de una expedición contra los piratas berberiscos de las costas de la actual Argelia y ser puesto en cuarentena antes de su entrada al puerto de Toulón, por riesgo de peste. Se hundió, con unos mil hombres a bordo, muchos de los cuales estaban heridos, a consecuencia de los combates que protagonizaron en el norte de África.

Dado que los medios de inmersión de principios de los noventa no eran los adecuados para una intervención arqueológica a los 90 metros de profundidad a los que descansa la fragata, en ese momento sólo se documentaron su restos, dejñandolos en su lugar.

A pesar de las dificultades para su estudio en el momento de su descubrimiento, se comprobó que el pecio se encontraba en un excelente estado de conservación, al haber sido preservado del expolio que han sufrido otros barcos de características similares que se hallan a profundidades más asequibles para el buceo autónomo. Esto hizo que el hallazgo se calificara como una «Pompeya sumergida», pues constituye una ventana sin igual a la navegación del siglo XVII.

En octubre del año 2012, Michel l´Hour, como director del DRASSM, departamento de Arqueología Subacuática del CNRS -el equivalente a nuestro CSIC en Francia-, puso en marcha el proyecto Operation Lune.

Este proyecto auna la gran experiencia del DRASSM -su director es uno de los más reputados arqueólogos subacuáticos del mundo-, junto con los medios de la Armada francesa, la tecnología de Dassault systèmes, el canal de televisión especializado en temas culturales ARTE  y Grand Angle Productions, constituyendo el mejor de los ejemplos de lo que puede ser un gran proyecto nacional de investigación en el que colaboran tanto el sector público como el privado.

Para superar la gran dificultad que plantea la intervención en un naufragio a tanta profundidad, en este proyecto se están utilizando técnicas pioneras que a buen seguro pasarán a formar parte de los estándares de las excavaciones subacuáticas del futuro.

De entre estas técnicas cabe destacar dos: El uso masivo de robots subacuáticos (los ya conocidos rovs) y arqueología virtual mediante técnicas 3D.

3D

Si bien el uso de rovs es algo habitual en una intervención a gran profundidad, las técnicas de arqueología virtual constituyen toda una innovación. Estas técnicas permiten al arqueólogo explorar el yacimiento sin mojarse, pues se realizan en un entorno virtual en 3D, que hace que el arqueólogo cometa sus errores en este escenario, antes que sobre el pecio.

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Además de esto, Dassault Systèmes ha desarrollado el Newsuit simulator, que ofrece a los técnicos las mismas sensaciones que un traje de buceo. Combinando el simulador con el entorno 3D, el equipo puede plantear y ensayar las mejores estrategias de excavación antes de usarlas en el yacimiento.

Aparte de los rovs, en esta investigación se emplean pequeños sumergibles y el Victor 6000, utilizado anteriormente en la exploración del Titanic y en la recuperación de la caja negra del malogrado vuelo París-Río. Estos ingenios son soportados desde el André Malraux, el nuevo buque del DRASSM y el Jasón, embarcación aportada por la Marina francesa, que habitualmente se utiliza para recuperar minas y asistir a la flota de submarinos de la OTAN.

BARCOS

En definitiva, la Operacion Luna constituye uno de los proyectos de arqueología subacuática más interesantes y prometedores del momento, y, por el empleo de las novedosas técnicas de investigación descritas, está destinado a marcar un antes y un después en la historia de la investigación del Patrimonio Cultural Subacuático.

Como bien recalcan en Espejo de navegantes, una de las más brillantes publicaciones sobre Patrimonio Naval en lengua castellana, ¿Para cuándo se realizará en España un proyecto parecido a este? ¿Cuándo tendremos los medios para llevarlos a cabo?

Lo que si tenemos en abundancia son pecios -en cualquier parte de las costas españolas, y fuera de ellas también- y arqueólogos subacuáticos. Ahora sólo hace falta que las autoridades se den cuenta de ello.

@ArqueoAntonio

Inmersión en el pecio Bou Ferrer y visita a los laboratorios de Vilamuseu

El pasado 27 de septiembre tuve la ocasión de participar en una inmersión para buceadores deportivos en el pecio Bou Ferrer, que descansa en el fondo marino a una milla de Villajoyosa.

La inmersión se organizó, como experiencia piloto, por parte de Vilamuseu y el Centro de Arqueología Subacuática de la Comunidad Valenciana (CASCV), durante cuatro días del mes de septiembre. Su objetivo fue permitir el acceso de buceadores deportivos al pecio, de forma ordenada, mientras se realizaban los trabajos de excavación.

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El pecio Bou Ferrer fue descubierto hace una década por dos buceadores deportivos -Bou y Ferrer-, de los que recibió su nombre, al dar parte del hallazgo a las autoridades de Patrimonio.

El barco descansa a 25 metros de profundidad, en medio de un fondo arenoso. Este yacimiento arqueológico no se detectó durante la realización de la carta arqueológica, al estar cubierto por la arena, y ser interpretado como un afloramiento rocoso. Antes de que las autoridades interviniesen el naufragio, este sufrió un intento de expolio, que fracasó, ya que, para sacar una de las ánforas, los delincuentes rompieron otras tantas y no consiguieron finalmente su propósito.

Actualmente, el Bou Ferrer es el mayor barco romano en proceso de excavación de todo el Mediterráneo. No se trata de un barco de comercio de redistribución, sino de una nave dedicada al gran comercio entre la metrópoli y las provincias del Imperio romano.

Con sus 30 metros de eslora y 230 toneladas de desplazamiento, en el momento de zozobrar, la nave transportaba unas 2500 ánforas del tipo dressel 7/11, desde la Bética  a el puerto de Ostia, en Roma.

El cargamento tenía un gran valor económico, pues cada ánfora transportaba unos 40 litros de salsas de pescado, más conocidas como garum. Estas salsas, elaboradas a base de caballa, jurel y boquerón, se utilizaban para disimular el sabor de los alimentos, que, en el mundo antiguo, no solían ser demasiado frescos, del mismo modo que se utilizaban las especias en las Edades Media y Moderna. El garum tenía un alto precio, pues era utilizado para casi cualquier plato de la gastronomía romana.

En torno a este pecio, y a pesar de los tiempos de estrecheces económicas que sufrimos, Vilamuseu y el CASCV ha organizado un gran proyecto de investigación, en el que participa también el DRASSM de Francia y la Universidad de Alicante.

Desde que comenzaron las excavaciones se han rescatado más de 200 ánforas y cuatro lingotes de plomo. Estos lingotes, según las investigaciones preliminares, han permitido identificar el barco como un flete de la familia imperial, al estar marcados con la inscripción IMP.GER.AUG, que nos remite a alguno de los emperadores de la familia Julio-Claudia que ostentaron este título -Imperator germanicus augustus-: Caligula, Claudio o Nerón. Posiblemente, en futuras campañas se descubran más hallazgos que delimiten mejor la cronología del yacimiento, establecida por el momento, por las datos referidos, entre el 37 y el 68 después del comienzo de nuestra era.

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La jornada comenzó con un briefing en el centro de buceo Alisub, que se encargó de las labores organizativas de la inmersión, en el cual Antonio Espinosa Ruíz, director de Vilamuseu, nos explicó los pormenores de la misma y las cautelas que deberíamos mantener en el pecio.

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Tras estas explicaciones, embarcamos y nos dirigimos a las coordenadas del pecio, señalado en superficie por un boya del CASCV. Esta boya, lleva un localizador que detecta cualquier embarcación alrededor suyo y transmite la información a la Guardia Civil del Mar, para que, en caso de que no cuente con autorización para aproximarse, se envíe una patrullera  que la intercepte. Este sistema de seguridad es pionero en España y preserva este importante yacimiento de la acción de posibles expoliadores.

Una vez totalmente equipados, iniciamos la inmersión descendiendo por el cabo de la boya hasta los 25 metros de profundidad, donde nos habían tendido otro cabo, de babor a estribor, que nos marcaba el recorrido a realizar, justo por encima de la trinchera en la que actualmente trabajaban mis colegas subacuáticos.

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La visión resultó increible, cientos de ánforas, tumbadas unas sobre otras, con una gran historia que contarnos sobre la Hispania romana. El tiempo de fondo de la inmersión no llegó a media hora, aprovechando para recorrer el yacimiento y fotografiarlo.

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Tras la inmersión, nos trasladamos al Vilamuseu, donde su director nos explicó los pormenores de la intervención y las complejas tareas de conservación preventiva que implica una excavación subacuática.

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Creo que esta iniciativa piloto se debería de transformar en permanente, pues es una de las maneras de transmitir a los buceadores deportivos la importancia de la investigación y conservación del Parimonio Cultural Subacuático y, posíblemente, hacerles complices en la vigilancia de nuestros yacimientos submarinos.

@ArqueoAntonio

El Salvador crea un corredor turístico para buceadores deportivos en el que se integran cuatro pecios

Las autoridades turísticas de El Salvardor han presentado recientemente un Corredor de Arqueología Subacuática, como aliciente turístico para atraer buceadores deportivos a este pais centroamericano.

En este corredor se han integrado cuatro pecios, accesibles por su profundidad y condiciones de fondo, para casi todos los aficionados al submarinismo. Los restos visitables son:

SS Douglas. Era un barco británico, construido en 1872 en West hartlepool, que combinaba vela y propulsión a vapor. En 1872 pasó a manos de la empresa alemana Kosmos Line, que lo rebautizó como Sakkarah y lo registró en Hamburgo.

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El 10 de febrero de 1980 partió, con destino Hamburgo, del puerto de Acajutla, en El Salvador, pero impactó con el bajo de Punta remedios, no llegando a salir del país. El buque se fue a pique con los 19.000 sacos de café que transportaba, estando situado en la actualidad a 12 metros de profundidad.

Este pecio es objeto de investigación por parte Proyecto de Arqueología Subacuática que auspicia la Sección de Arqueología del Consejo Nacional para la Cultura y el Arte de El Salvador (CONCULTURA).

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SS Cheribon. Este barco se construyó por Deni W. & Bros, Ltd, en Dumbarton para la Compagnie National de Navegation de Marsella en 1882. En 1899 pasó a manos de la compañía Pitt W. T., con base en Valparaiso, y dos años más tarde volvió a cambiar de manos a favor de Gerad, E., siguiendo registrado en el mismo puerto.

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En 1902 este vapor de línea chileno se hundió tras colisionar en el bajo de Punta Remedios. Yace a unos 10 metros de profundidad en Playa Los Cobanos (Sonsonate).

SS San Blas. Este vapor se construyó en 1882 en los astilleros de Chester (Pensilvania), por orden de la Pacific Mail Stemship Company. Esta compañía se creó en 1847 por el gobierno de los Estados Unidos de América con el fin de unir el recien creado estado de California con el este del país.

Esta línea partía de Nueva York y llegaba hasta Panamá, dónde carga y pasajeros cruzaban por tierra el itsmo -el canal no se inauguró hasta 1914- y embarcaban en otro barco, que les conducía hasta San Francisco.

El SS San Blas se hundió en la playa de San Blas (La Libertad), a la que le dio nombre, cargado de comestibles y munición, entre otras mercancías, en 1901. Todos sus pasajeros y tripulantes fueron rescatados. Actualmente el barco es investigado por el arqueólogo Roberto Gallardo.

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PSJ-2. Descansa, a unos 20 metros de profundidad, al este de la bocana de la Bahía de Jiquilisco, en la playa de la Isla de San Sebastián. De este pecio apenas hemos encontrado información, sólo este video en youtube.

Esta iniciativa de las autoridades salvadoreñas parece una buena idea, pero siempre que en su desrrollo se prime la conservación de los yacimientos arqueológicos que se quieren mostrar al público, sobre cualquier otra consideración.

Además de esto creo que se deberían preparar, en tierra un, o mejor, varios, centro de interpretación que permitan comprender al visitante no buceador estos naufragios y su significado para la historia de Centroamérica.

@ArqueoAntonio

Curso de introducción a la Arqueología subacuática en el Centro de Arqueología Subacuática de Catalunya

A pesar de nuestra extensa y rica Historia naval, la formación en Arqueología Subacuática en España es una empresa complicada, al no existir programas de formación reglada en esta disciplina.

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El cursus honorum normal de cualquier arqueólogo subacuatico español comienza por estudiar Historia, historia del Arte, o, en el mejor de los casos, Arqueología, ejercer después como arqueólogo y, más tarde, formarse como arqueólogo subacuático de forma específica, aprovechando los distintos cursos que, de forma irregular y esporádica, aparecen dentro del panorama de nuestras universidades. Aparte de esto, por supuesto, hay que aprender a bucear. Parece complicado, pero no hay nada imposible.

Durante el verano de 2012, se llevó a cabo uno de estos estudios, como curso de extensión universitaria de la UNED de Girona, en el Centro de Arqueología Subacuática de Cataluña.

Durante dos días conocimos de primera mano, no solo la historia y el presente de la Arqueología Subacuática, sino también el interior del CASC y su forma de trabajar.

La primera jornada se dividió en dos partes. En la primera, Gustau Vivar, centro y Rut Geli, director y arqueóloga del centro, respectivamente, nos hicieron un completo y exhaustivo repaso de la historia del buceo y de la arqueología subacuática, de las técnicas de su disciplina y de la labor del CASC.

Ya por la tarde, Cati Aguer, Restauradora de material sumergido del centro, nos hizo una visita guiada por los laboratorios del CASC, mostrándonos los materiales que en estaban tratando en ese momento y los procesos habituales que se utilizan para preservar los restos procedentes de una excavación subacuática.

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Después de esta interesante charla, tuvimos el privilegio de acceder a los almacenes del CASC, de la mano de Gustau Vivar, que nos contó las pequeñas y grandes historias de las colecciones de objetos procedentes de los distintos pecios en los que esta institución ha intervenido.

Al día siguiente, abandonamos Girona para dirigirnos a el Port de la Selva, donde tiene su base la «unidad móvil» del CASC: el Thetis. El Thetis es el barco desde el cual el CASC realiza sus trabajos en las costas catalanas.

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Esta embarcación oceanográfica fue construida durante la Guerra fría en Alemania Oriental, donde sólo podían botar este tipo de barcos tras los acuerdos adoptados por los aliados tras la II Guerra mundial. Con la caída de la RDA, la flota de este país fue saldada -sus barcos pesqueros pasaron a engrosar las flotas de muchos paises del tercer mundo- y los técnicos de Patrimonio de la Generalitat de Catalunya tuvieron la feliz idea de adquirir este barco como dotación del CASC. Esta es la única embarcación que se dedica, y que se ha dedicado, exclusivamente, a la Arqueología Subacuática en España, aunque sus trabajos, se desarrollan integramente en Cataluyna.

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Tras visitar el barco, desde la sala de máquinas al puente de mando, siguiendo las explicaciones de Gustau Vivar y Rut Geli, pasamos a un pesquero reconvertido en barco de buceo que se nos había abarloado, mientras conociamos la embarcación del CASC. En esta embarcación nos dirigimos a cala Culip, donde hicimos una inmersión en el pecio Culip V.

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Este pecio se corresponde a un barco romano de comercio de zona – el que se dedica a redistribuir por una región costera desde uno o dos puertos base, que reciben embarcaciones de más calado dedicadas al gran comercio. El Culip V fue descubierto por los buceadores deportivos extranjeros en los años 70, que lo expoliaron hasta que las autoridades españolas pudieron parar este ataque a nuestro Patrimonio Cultural.

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Hace unos años el CASC retomó su excavación, y, en el momento de nuestra inmersión sus técnicos realizaban labores de documentación gráfica de su obra viva, parcialmente conservada en el fondo y descubierta una vez fueron retirados los materiales que transportaba el barco.

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Como conclusión, os diré que fue todo un priviegio conocer el CASC por dentro y bucear  en uno de sus proyectos, con su director y sus técnicos.

He buscado en google la convocatoria de este año, pero, lamentablemente, no la he encontrado. No sé si se debe a los dichosos recortes que nos ahogan por doquier o si es porque sólo se hizo ese año.

En cualquier caso, abundando lo que os dije al principio de la entrada, si os interesa la Arqueología Subacuática y veis un curso que os guste, hacedlo. Quien sabe cuando se convocará otra vez, o si ni siquiera volverán a impartirlo, y más en los tiempos que corren.

@ArqueoAntonio

Exposición EL PECIO BOU FERRER, UN YACIMIENTO EXTRAORDINARIO

El lunes, un amigo nos recordó en nuestra página de Facebook que este sábado concluye esta exposición, que se celebra en el Museo de la Universidad de Alicante, con materiales procedentes del Pecio Bou Ferrer, que actualmente excava Vilamuseu.

1395366_433566713416384_558972352_nDesgraciadamente, no hemos podido asistir a la exposición, por motivos de agenda -si hubiera durado una semana más lo habríamos hecho-, pero conocemos de primera mano el buen hacer de Vilamuseu, pues tuvimos ocasión de hacer una inmersión en este pecio y de visitar después los laboratorios del museo de la mano de su director, Antonio Espinosa Ruíz, en el mes de septiembre… Pero esto, lo reservamos para otro post.

A pesar de esta contigencia, hemos podido encontrar suficiente información en la prensa que se ha hecho eco de la exposición y, combinada con nuestro conocimiento, hemos escrito esta entrada.

El pecio Bou ferrer fue un barco mercante de gran porte (unas 230 tn) que naufragó a una milla, aproximadamente, de la actual Villajoyosa (Alicante), a mediados del siglo I después de la era. Transportaba unas 2500 ánforas dressel 7/11, llenas de salsas de pecado entre la Bética y Roma.

DSCN1950Cada una de estas ánforas contenía unos 40 litros de salsa, elaborada a base de boquerón, caballa y jurel. Estas salsas de pescado, denominadas garum -del que hay distintos tipos- eran un elemento fundamental de la gastronomía romana, pues se utilizaban para disimular el sabor de los alimentos que, en el mundo antiguo, no solían ser demasiado frescos.

Las medidas de este buque, con unos 30 metros de eslora, le convierten en el mayor barco romano en proceso de excavación en todo el mediterráneo, y uno de los pocos de categoría que se ha podido investigar, puesto que normalmente se hallan barcos más pequeños, dedicados al comercio de redistribución desde grandes puertos, pero no al gran comercio, entre las provincias y la metrópoli del Imperio romano, como es el caso del Bou ferrer.

13001990La muestra conduce al visitante al mundo romano y le introduce en su comercio y en la gastronomía de la época, con piezas rescatadas del pecio, proyecciones y dioramas.

En paralelo a la exposición se han realizado distintas actividades, entre las que destacan un encuentro de investigadores que han celebrado un ciclo de conferencias en torno a este importante descubrimiento arqueológico.

Los datos técnicos de la exposición los podéis encontrar en nuestra página de eventos.

En definitiva, si todavía no habéis ido, y tenéis ocasión de hacerlo, no os lo perdáis.

@ArqueoAntonio